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domingo, 14 de febrero de 2016

Desde tu interior

G.P.
Desde tu interior


           Giovanna,


                 ¿Cómo estás? ¿Bien? Así lo espero. Quería decirte que tu mirada convirtió mi tinta en sangre. Mi significante en espíritu. Tantos me conocieron, me criticaron, me observaron, me olvidaron y se fueron. Pero nadie me cautivó como tú. Quedé prendido de ti. Soñé que tu candor me trasladaba fuera de esta selva, muy rica pero desafiante, monótona. Ya, el lanzar semillas por detrás de los hombres había perdido sentido, razón. Mis súbditos notaban mi cambio, yo no. Sólo sabía que permanecer deambulando entre páginas era ridículo. Entonces tú llegaste, abriste el libro, desplegaste los folios que presionaban mi esencia. Luego pude ver la luz que irradiaban tus perlas, tus ojos. De repente, me di cuenta que me transportabas a tu mente, a tus pensamientos, a ti. Mi regocijo fue increíble al vivir contigo los momentos inolvidables cuando hacías algún comentario de mí. Sentir como tus labios se acomodaban para pronunciar mi nombre, fue y es reconfortante. En realidad mi vida trasciende en tu memoria. No sé qué será de la vida de mis anteriores acompañantes, desearía que ellos pudieran hallar un refugio enternecedor como, afortunadamente, lo he encontrado yo. Definitivamente, no extraño mi anterior situación, aunque fue necesario para llegar a ti. A tu corazón.


                Desde ti para ti,



                                               Amaliwak










                        Dinuel Sánchez Maldonado

                             1999

lunes, 8 de febrero de 2016

La Luz que desembarcó en mi Marina

 L.M.R.R.
 
La Luz que desembarcó en mi Marina

 Imaginación, necesidad, entretenimiento, valentía, fuerza, tiempo, lápiz, paciencia, constancia, seguridad, etc., son algunos de los pilares que condujeron a la realización de mi ser. Debo afrontar desafíos, superar obstáculos, enfrentar el futuro. Cada segundo juega un papel importante en mi vida. Perder uno de ellos sería imperdonable. La experiencia me ha enseñado que el tiempo debe distribuirse con inteligencia. Gracias a esto, los retos ya no significan nada para mí.



  Mi labor se ha convertido en un ejemplo a seguir, del cual debe valorarse la fe que pongo en él. Ni la violencia ni el dolor son símbolos de mis acciones. Si en mi poder estara, mis métodos fueran más humanos, más como tú. Sí, como tú. Porque desde aquí, desde una imagen encuadrada en una pantalla estoy indefinidamente prisionero de las decisiones arbitrarias de un “creativo” desconsiderado. Quisiera, de verdad, que fueras tú quien hilara el tejido de mi destino. Estoy seguro que tu inventiva no toleraría la carencia de afecto que existe en el planeta.



  Dos y tres dimensiones nos separan, pero hay una en la cual nos une sin duda alguna. Entre miles de fanáticos, admiradores y aduladores, sólo necesito una amiga. Por supuesto que eres tú. Al observar como fijabas tu mirada en la ventana encantada (cómplice), quedé prendido de ti. Supe desde ese momento que mi existencia tenía razón de ser. Ser el causante de tu alegría, de tu emoción. Ahora lucho por ti, con el sincero y profundo deseo de que algún día mi fantasía de sentirte se volviese realidad fantástica.



 Esa dimensión que nos une es la de la ilusión posible, la de la esperanza cumplida, la del beso consumado: la del amor.


 Dinuel Sánchez Maldonado
     1999